El barranquismo es una actividad de ocio y deportiva relativamente reciente tal y como la conocemos en la actualidad. No fue hasta finales de los años 80 y principios de los años 90 cuando el descenso de barrancos empezó a adquirir una entidad propia, con el surgimiento de técnicas y materiales específicos de esta disciplina, las cuales comenzaron a separarla de la que es considerada como su hermana mayor: la espeleología.
De hecho, como veremos a continuación, fueron los espeleólogos los que empezaron a adentrarse de forma sistemática en gargantas y cañones. Incluso en la actualidad ambas actividades siguen teniendo muchas cosas en común.
Los orígenes del barranquismo
Aunque desde la prehistoria los cazadores ya se internaban en profundas y estrechas gargantas en busca o en persecución de sus presas, y los pastores remontaba secos cauces buscando abrigos para el ganado, no es posible definirlos como barranquistas tal y como entendemos el termino en la actualidad.
El nacimiento “oficial” del barranquismo se situa en el año 1904, y se le atribuye a Lucien Briet, gran descubridor de una gran número de barrancos en los montes Pirineos, y especialmente en la Sierra de Guara.
Espeleología y barranquismo
La espeleología y el barranquismo nacieron casi de la mano.
La espeleología dio su primeros pasos cuando Édouard-Alfred Martel y otros compañeros se adentraron en un río subterráneo, en el Languedoc-Rosellon francés, cerca de Camprieu. Recorrieron bajo tierra unos 1.300 metros durante 2 días, salvando un gran número de dificultades y peligros. Esto ocurría en el año 1888, y en 1895 el propio Martel fundaba la Sociedad de Espeleología.
Un año después, en 1896, Lucien Briet entra en la recién fundada sociedad, y junto a Martel y Louis Armand inician diferentes exploraciones por cañones y simas. Pero mientras Martel y Armand se centraron en cavidades subterráneas, Briet se decantó por la búsqueda de barrancos. Entre el año 1903 y el año 1911, Lucien Briet realizó una valiosísima labor exploratoria, recopilando un gran número de datos en los Pirineos y, particularmente, en la Sierra de Guara.
Los primeros recorridos “modernos” de barranquismo
Un grupo francés formado por Cazalet, Duboscp, Mailly y Ollivier descendieron en el año 1933 el cañón de Oladibia, situado en el País Vasco Francés. Este descenso está considerado como el primer recorrido moderno de barranquismo, estando perfectamente documentado.
Durante la década de los 60 otro grupo francés comenzó a realizar descensos por la Sierra de Guara, en Choca, Mascún y Guero, con la inestimable ayuda de los trabajos que décadas antes había realizado Lucien Briet.
Ya en la década de los 70, barranquistas como Escribano y Santolaria tomarían el relevo.
Finalmente, en las décadas de los 80 y 90 el deporte comenzó a popularizarse, abriéndose cañones y barrancos para todo el mundo.